Los alemanes vienen de humillar 10-0 a Auckland City y tienen un pie en octavos; Boca, en cambio, llega herido por ausencias sensibles y obligado a salir vivo si quiere mantener sueños de clasificación. Vincent Kompany, DT del Bayern, no descuida el rival. Destacó la capacidad de Boca para generar transiciones rápidas y elogió su “espíritu de equipo”, aunque avisó que sus dirigidos están centrados en imponer su estilo y mantener la disciplina táctica que los hizo campeones regionales .        La estructura del Bayern parte de un 4-2-3-1 dinámico: Sacha Boey y Raphael Guerreiro se ofrecen en ataque, mientras que Joshua Kimmich y Aleksandar Pavlovic filtran juego para alimentar a Musiala —que viene de un hat trick—, Kane y Coman. Kompany recupera al joven Musiala y a Upamecano, lo que refuerza su columna vertebral tras las lesiones . Boca, en cambio, llega con bajas clave: Figal y Herrera, suspendidos, obligan a rearmar la defensa y el mediocampo. Russo probaría, según señales de entrenamiento, con Lautaro Di Lollo junto a Costa o Rojo en la zaga, y apostaría a Belmonte como doble cinco junto a Battaglia para buscar equilibrio. Por las bandas, Alan Velasco podría ser la chispa para implicar a Palacios y Merentiel en las transiciones ofensivas . La clave del Xeneize pasará por dos frentes: contener a Bayern en su fase ofensiva y explotar los espacios que deje cuando se vuelquen al ataque. Si Boca logra activar las bandas, jugar en campo rival y presionar tras pérdida, puede hundir a los bávaros en su propia telaraña de confianza. Pero el desafío es feroz: deben cerrar líneas rápidas, contener la rueda genera por Kimmich y Pavlovic, y ganar duelos en los costados. Este cruce renueva una historia centenaria: es el clásico de 2001 reeditado en Miami, con sabor de revancha histórica. Kompany fue hace días a ver a Boca ante Benfica, midiendo el pulso de una hinchada que prometió ser ruidosa –y que Gnabry y Kane ya comparan con un partido visitante por la presión que imponen los fans xeneizes .   Zona de Gol piensa Boca necesita cabeza firme y corazón intenso. El desgaste físico debe combinarse con inteligencia para elegir cuándo apretar y cuándo retroceder. Bayern puede caer en la trampa del menor error o perder concentración si subestima el envión emocional local. El partido se juega en minutos decisivos: la primera media hora será definitoria para mostrar quién impone el ritmo.   Hoy no se trata solo de ganar. Se trata de hipotecar o legitimar un futuro en el torneo. Boca ve la grieta; si la filtra y embiste con orden, puede lastimar al gigante. Hoy, a las 22, en Miami, se define si hay hazaña o confirmación europea.     SEGUINOS EN NUESTRO CANAL DE WHATSAPP PARA ESTAR SIEMPRE ACTUALIZADO?https://whatsapp.com/channel/0029VbAgwh3DeONCnOA33c40